jueves, mayo 21, 2009

Greguerías 1 - Concepto

Las greguerías son textos breves, generalmente de una sola frase, que expresan, de forma aguda y original, pensamientos filosóficos, humorísticos, líricos, etc. Se considera que fueron creadas y así denominadas por el escritor Ramón Gómez de la Serna que escribió más de diez mil greguerías.

Algunas greguerías:

Nunca es tarde si la sopa es buena.

Al agonizar el viejo marino pidió que le acercasen un espejo para ver el mar por última vez.

¡Qué tragedia! Envejecían sus manos y no envejecían sus sortijas.

La sidra quisiera ser champán, pero no puede porque no ha viajado por el extranjero.

El hambre del hambriento no tiene hache porque el verdadero hambriento se la ha comido.

Cuando asomados a la ventanilla echa a andar el tren robamos adioses que no eran para nosotros.

El día en que se encuentre un beso fósil se sabrá si el amor existió en la época cuaternaria.

Las pirámides son las jorobas del desierto.

A la media botella de vino siempre le faltará la otra mitad.

El vermú es el aperitivo al que se llama de tú.

El dolor más grande del mundo es el dolor de colmillo de elefante.

El olivo es el espejo del alba.

Las pasas son uvas octogenarias.

Cuando el armario está abierto parece que toda la casa bosteza.

La escoba baila el vals de la mañana.

Para evitar el calor los termómetros del verano deberían colocarse al revés.

En invierno los rosales están pensando en sus rosas.

Sobre las hojas grises de los olivos gravita aún el polvo que levantaron los carros romanos y las diligencias.

Franklin salía los días de tormenta con un paraguas dotado de pararrayos.

Abrir un paraguas es como disparar contra la lluvia.

El agua se suelta el pelo en las cascadas.

Al oír la sirena parece que el barco se suena la nariz.

En la Vía Láctea se agolpa el polvo fulgurante que levantaron en su camino las carrozas siderales de los grandes mitos.

Las latas de conservas vacías quedan con la lengua de hojalata fuera.

El Pensador de Rodin es un ajedrecista a quien le han quitado la mesa.

¿Será a nosotros a quienes llama esa bocina de automóvil que, parado frente a nuestro portal, dice a alguien bien distintamente que baje?... Y nosotros que no tenemos ni esperamos ningún automóvil, cometemos la torpeza de asomarnos...

Ponerse los calcetines al revés es ir hacia atrás en vez de ir hacia adelante.

Se dice dentífrico, suena a dentífrico, pero sonaría más a dientes si fuese "dientífrico".

Cuando el domingo caiga en lunes, la vida habrá perdido la cabeza.

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