Estás como una moto, estás como un tren, estás más bueno que los dulces de El Corte Inglés.
[Fulano] es su nombre, [Mengánez] su apellido, y de pies a la cabeza es mi chico preferido.
¡Qué poco azul para lo cielo que eres!
No eres alto ni bajo, pero ¡qué bueno estás, puñetero!
La madre que te parió tuvo que ser pastelera, porque un bombón como tú no lo fabrica cualquiera.
Me gustaría ser tu ropa para poderte abrazar y decirte todos los días lo bueno que estás.
Napoleón con su espada conquistó varias naciones y tú con esos ojos conquistas corazones.
Napoleón con sus tropas conquistaba las naciones y tú con tu mirada conquistas los corazones.
No bebí vino, ni casera, pero pensando en ti me caí por las escaleras.
Quiero decirte tantas cosas que no sé cómo empezar. Sólo me acuerdo de una: que te quiero de verdad.
Si el mundo fuera un pañuelo, tus señas serían mi moco preferido.
Si fuera camionero te llevaría en mi camión, pero como no lo soy te llevo en mi corazón.
Si la belleza fuese delito, tú tendrías cadena perpetua.
Si mi boca fuera fresa y la tuya melocotón haríamos una mezcla más buena que el copón.
Si todas las maravillas están en los museos, ¿qué hace [Fulano] por ahí suelto?
Siempre me duele el estómago cuando me como un bombón; seguro que si te como a ti me muero de indigestión.
Te miré por guapo, me conquistaste por moreno, me enamoraste por gracioso y te quiero por tío bueno.
Tus besos son pecado y los más dulces del mercado.
Tu madre una rosa, tu padre un clavel y tú cuando naciste, un verdadero pastel.
