miércoles, marzo 10, 2010

Enamorados 43 - Más amor I

Ven (anónimo)

De luz y el color de tu mirada
aún sin verte, mis ojos están llenos;
y entre mis manos tiemble alborozada
la caricia lejana, derramada
en las rosas abiertas de tus senos

Suéñame hoy como ayer, en la distancia
ven a mi sueños cada noche oscura
olvidando la rígida armadura
que puede estrangular tu exhuberancia
y yace junto a mí, dulce y segura

Abandonada en mí, yo sabré darte
firme pie en el temor en que resbalas
y he de elevarte, al desplegar mis alas
a un mundo nuevo en que vivir aparte
de tu peregrinaje en cien escalas

Unos era el viaje, al lado mío
sin parada final ni intermitente;
marcha perenne y ritmo consistente,
sin meta establecida ni desvío,
como amor imposible y permanente

Sal de tu sombra, entierra la costumbre
en tumba desmarcada y escondida
para iniciar mejor y nueva vida
cerrada al flujo de la incertidumbre
que revive el dolor de cada herida

Y en mi estarás, en caminar constante
viviendo sin la espina de la duda
en sonora canción. O pasión muda,
amiga, amada, enamorada, amante
a mi lado felizmente desnuda


Cuando en la noche te envuelven

Cuando en la noche te envuelven
las alas de tul del sueño
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano,
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho,
¡diera, alma mía,
cuanto poseo,
la luz, el aire
y el pensamiento!

Cuando se clavan tus ojos
en un invisible objeto
y tus labios ilumina
de una sonrisa el reflejo,
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
¡diera, alma mía,
cuanto deseo,
la fama, el oro,
la gloria, el genio!

Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento,
y tus mejillas se encienden
y entornas tus ojos negros,
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
la fe, el espíritu,
la tierra, el cielo.

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